Relaciones sexuales: ¿Cómo vives tu sexualidad?

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¿Te has cuestionado alguna vez cómo deberían de ser las relaciones sexuales? ¿Qué entiendes por relación sexual? ¿Disfrutas con tu sexualidad? ¿Cómo te sientes cuando compartes con otra(s) persona(s)?

Las relaciones sexuales abarcan muchas prácticas no solo convencionales sino alternativas. Se suele pensar en prácticas de penetración cuando se mencionan las relaciones sexuales. La pobre educación sexual y la mala información que circula ha hecho un mapa conceptual erróneo sobre las relaciones sexuales. La sexualidad va más allá del contacto físico heteronormativo. ¿Qué quiere decir esto? Cuando piensas en relaciones sexuales seguramente lo primero que se te viene a la cabeza es una pareja heterosexual realizando prácticas de penetración (pene-vagina) en la postura del misionero, sexo oral de ella a él y poco más.

Las relaciones sexuales pueden ser genital y coital, energético y tántrico, alternativo y BSDM; contactos de penetración vaginal y/o anal, masturbación, sexo oral; miradas, caricias, masajes, ver cine erótico o pornográfico, lectura de novelas eróticas, fantasías; respiración circular, bailes; Bondange, sumisión, dominación, masoquismo; juego de roles y disfraces… Cada una de estas prácticas deben crearse desde la comunicación asertiva, la confianza, el consentimiento, el respeto, el amor propio, la seguridad, la libertad y el derecho a decir no o parar cuando ya no te sientas cómodx o no estés disfrutando. La sexualidad es una vía de comunicación con unx mismx o con otra(s) persona(s) donde puede se juega, hay diversión y placer.  Cuando hay manipulación, prohibición, violencia no consentida, humillación o cualquier comportamiento que te quite la libertad de disfrutar, entonces no es sexualidad libre y sana sino violación, abuso/acoso o agresión sexual.

 

Tú decides cómo quieres vivir tu sexualidad, qué practicas realizar, explorar y experimentar. No te dejes manipular ni manipules. Habla y explica qué quieres hacer o que no. Comenta tus deseos y escucha a quien tienes delante. Comparte y no impongas. Tampoco te dejes imponer. Siéntete libre sin cortar la libertad de la otra persona. Si algo no te gusta no te obligues ni repitas. Si hay dolor y no placer para, no vas por buen camino. En cambio, si te gusta el dolor pon unas normas y, ante todo, seguridad. Crea tu propio modelo sexual. Para ello posiblemente tengas que pasar primero por una revisión de pensamientos y creencias. Desaprender para aprender. No compres el modelo impuesto. Construye el tuyo propio según tus deseos y preferencias.

Es importante saber lo que se quiere para lograr el bienestar sexual y erótico. Asimismo, se alcanza el bienestar general. No olvides que tu sexualidad forma parte de la complejidad de tu ser. Es transcendental como respirar, comer y moverse. Forma parte de a naturalidad comportamental de la especia humana. Hemos evolucionado hasta sobrepasar el objetivo reproductivo.

Zonas erógenas, diferentes prácticas, clítoris, orgasmos y orgastos, nervios recorriendo el cuerpo hasta llegar al cerebro para transmitir el placer y el gozo.

A continuación tienes preguntas para reflexionar y hacer introspección en tu esfera sexual y erótica:

·      ¿Cuáles son tus deseos?

·      ¿Pides lo que deseas?

·      ¿Te expresas con libertad?

·      ¿Impones tus deseos?

·      ¿Preguntas sobre los deseos de la otra persona?

·      ¿Te callas ante algo que te incomoda?

·      ¿Eres capaz de decir no?

·      ¿Hablas de sexualidad en tu entorno?

·      ¿Cuáles son tus prejuicios?

·      ¿Manipulas a las personas o a tu pareja para tener relaciones sexuales de cualquier tipo?

¿El tamaño del PENE importa en las relaciones sexuales?

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Es un tema que trae cola y muchos debates. En la actualidad podemos escuchar como hay personas que le dan demasiada importancia al tamaño del pene en las relaciones sexuales. Antes de entrar en la batalla del SI o NO rotundos a la respuesta, ¿por qué no pensamos mejor en la subjetividad y las preferencias de cada persona? Aceptar las diferencias de gustos es el primer paso para dejar la cruzada sobre este tema.

 

En mi consulta, entre mis amistades y conversaciones con personas no tan conocidas, oigo y recojo diversidad de testimonios sobre este tema.

 

“ Personas que se excitan visualmente con penes grandes mientras otras prefieren un tamaño estándar para practicar sexo anal. También están las que les da igual. En cambio hay de las que opinan que un pene grande para el sexo oral, les duele la boca, o si es muy pequeño, no sienten nada vaginalmente. “

 

Puntualizo mas allá de las preferencias personales el no centrar las relaciones sexuales en el coito y penetración ya que el pene no es el factor exclusivo de placer y disfrute. Cierto es, dentro de dicha diversidad de particularidades, encontrar personas que no salen del ‘coitocentrismo’. Si es así, un << micropene >>, pene menor de 7 cm, no podrá ser funcional a la hora de realizar penetraciones vaginales. Por lo contrario un pene excesivamente grande puede ser molesto tanto en penetraciones vaginales y anales. Incluso oral dependiendo de la envergadura bucal.

 

Retomando el tema del placer, este se obtiene a través de la diversidad de prácticas y juegos eróticos con h buenas habilidades para estimular. Sin olvidar estar predispuestx a disfrutar y compartirlo.

 

Puede excitarte tanto el físico de tu amante como las prácticas en sí. Por eso centrar la atención exclusivamente en los genitales, y sobre todo en el pene, es quedarse ancladx en creencias patriarcales sobre el disfrute de la sexualidad.

 

Placer, excitación, orgasmos…. Todo depende de unx mismx y de la propia inteligencia erótica. Eres responsable de disfrutar y gozar de tu sexualidad y esto depende más de cómo te expresas sexual y eróticamente, con tus propias habilidades y de tu intención a la hora de compartir un encuentro sexual o erótico.

 

¿De qué sirve un pene grande si no sabe moverse su dueñx?

¿Valoráis más una persona por sus destrezas sexuales o te conformas con el físico?

¿Sabes disfrutar de tu sexualidad sin centrarte exclusivamente en lo físico?

¿Rechazarías una persona por el simple hecho de tener un pene que no cumple tus expectativas?

 

Al fin y al cabo, tu decides con quien compartir tu sexualidad. No es peor ni mejor tu elección pero no habría que dar una respuesta generalizada por sentada.

Ilustración de hermapolis (Instagram)

Amor Vs Necesidad (Parte I)

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¿Sabemos diferenciar elegir a nuestra pareja desde el amor frente a la necesidad? ¿Sabrías reconocer desde qué lugar estas escogiendo? Cuando empiezas una relación, ¿ buscas una pareja con la cuál compartir o en cambio buscas alguien que “llene tu vacío”?

 

Hemos pasado de un extremo a otro en cuestión de relaciones. O se evita/huye del mix de emociones y sentimientos a forzar “compromisos” evocados al fracaso.

 

Debemos aprender a ser honestxs y dejar de cubrir nuestras carencias emocionales con quién tenemos enfrente. Una y otra vez se puede observar en las relaciones de pareja como se crea un vínculo desde la carencia y la necesidad. Esto suele ocurrir por no hacer un trabajo personal de introspección. Por no dejar de mirar la relación con mamá y papá. Por ser niñxs heridxs con disfraz de adultx.

 

Nosotroxs mismxs somos responsables de cómo y desde dónde elegimos a nuestra pareja. Lo fructífero es elegir desde el amor y no la necesidad  creada en los primeros años de vida. Años en los cuales se crean un estilo de apego con mamá y papá. Si este estilo de apego no es seguro ni adecuado acabaremos proyectando todas las carencias y necesidades en las futuras relaciones de pareja.

 

Nuestra primera relación de amor es con papá y mamá, ¿te has parado a reflexionar cómo nos puede afectar en nuestro futuro emocional y afectivo?. Todo lo que aprendemos, recibimos y observamos más lo que no, nos construye. Esto no quiere decir que no se pueda transformar hacia un camino más sano. La clave es ser conscientes de nuestro pasado. Adaptando, transformando, reprogramando y reaprendiendo aquello que nos hará libres de las heridas de la infancia y adolescencia.

 

No podemos pretender meter una figura circular en el espacio del cuadrado.

No podemos querer cambiar a quien elegimos por la idealización de pareja que queremos.

No podemos pedir aquello que no nos pueden dar.

No podemos hacer responsable a la pareja de aquello que pasó con papá y mamá.

FEMINISMO y relaciones sexo-afectivas

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La siguiente entrevista fue propuesto por Cosmopolitan a través de Mediquo-tu chat médico. Servicio se asesoramiento online donde intervengo como sexóloga y terapeuta de pareja.

¿Cómo se podrían aplicar los principios del feminismo a las relaciones de pareja o sexuales?

Principalmente rompiendo con la estructura del modelo de ‘amor romántico’, sufriente e insatisfecho, y los estereotipos de género que erosionan la libertad afectiva y sexual; redefiniendo desde la propia persona -hombres, mujeres y personas no binarias- una igualdad real, sin jerarquías en las relaciones afectivas y sexuales.

El feminismo propone construir relaciones alejadas del rol dominación-sumisión (no nos referimos aquí evidentemente a relaciones libremente consentidas y no perjudiciales de BDSM), de la dependencia emocional, de la premisa de satisfacer al hombre por encima de cualquier otra consideración, del concepto de ‘propiedad carnal’...Su logro contribuirá enormemente a disminuir los feminicidios.

¿Crees que realmente las mujeres tienen hoy en día relaciones igualitarias también en el sexo?

Si. Una oleada de mujeres han sido capaces de romper con el modelo patriarcal enraizado en las relaciones sexuales, transformando sus vidas sexuales en un factor esencial para su felicidad y bienestar emocional. Estas mujeres empoderadas sexualmente están sirviendo de ejemplo para muchas otras. Sin embargo, queda un amplio sector de población por despertar y concienciarse del daño que inflige no cuestionarse ni dejar atrás el modelo relacional del patriarcado.

¿No crees que el sexo está dominado aún por los deseos y fantasías masculinos y que las mujeres no nos hemos planteado aun cambiar ese modelo  o nos cuesta trabajo?

Desgraciadamente aún tiene mucho peso el modelo patriarcal, muy enlazado hasta hoy con el sistema social y económico. Todo lo que nos rodea, desde las redes sociales a las conversaciones de la calle, pasando por una pornografía agresivamente machista, está aún impregnado, aunque sea sutilmente –o no-, de esta "dominación", que impide a muchas mujeres expresar abierta y libremente su sexualidad. Muchas mujeres, cada vez más, son conscientes y luchan para desbaratar todo aquello que impide las relaciones afectivas y sexuales igualitarias. Claro que cuesta...puede ser por miedo, por no saber cuestionar el modelo o por tener en este momento poca capacidad de discernir qué es lo saludable en las relaciones de lo que evidentemente no lo es. Tradicionalmente, se ha aceptado sin dudar que debe dominar el deseo y la fantasía masculina, sin mayor reclamación, y cuesta cambiarlo.

Evidentemente hay una gran diferencia según el sector de población, no todas las mujeres tienen la misma oportunidad de ser libres y de empoderarse. Por eso las que forman parte del grupo de mayores recursos de todo orden deben unirse y alzar la voz por todas y cada una de las mujeres, dando sitio y siendo altavoz de otras mujeres menos privilegiadas.

¿Qué nos bloquea a la hora de asumir y reivindicar nuestro propio placer?

La cultura machista, misógina, y la desinformación en torno al placer femenino. La mujer ha sido educada tradicionalmente para complacer y olvidarse de su propio cuerpo, de sus propias sensaciones. No hay día que pase en el consultorio de Mediquo en el que decenas de mujeres me pregunten lo mismo: ‘¿Cómo puedo complacer a mi marido?’, ‘No siento orgasmos y finjo para no hacer sentir mal a mi pareja’, ‘¿Cómo puedo ser mejor amante para que mi marido no me deje?’… Cuando llevas un rato conversando con cada una de ellas, te das cuenta cómo ha calado a fondo la educación machista. Ellas se olvidan de su propio placer, solo les importa el de sus parejas por un ‘Tengo miedo de perderlo’ o ‘Mi placer no importa’.

Y, de otra parte, si indagamos en estudios sobre estas cuestiones, la investigación sobre la sexualidad masculina ocupa un espacio preeminente sobre la femenina, lo que es un ejemplo más de lo que comentamos.